Dicen que, en un viejo bosque, vivía un zorro inquieto que quería aprender a viajar por caminos que nunca había visto. Un día encontró un libro muy especial: El libro de rutas, donde cada sendero tenía instrucciones para recorrerlo sin perderse.
El zorro lo abrió con entusiasmo... pero todas las páginas estaban en blanco.
—¿Cómo voy a aprender si no hay nada escrito? —pensó frustrado. 📝🦊
Mientras se quejaba, apareció una tortuga que avanzaba despacio, pero firme.
—Ese libro no está vacío —le dijo—. Está esperando tu manera de recorrer el camino. Cada aprendiz debe escribir la ruta a su propio ritmo.
El zorro gruñó un poco, pero aceptó intentarlo. Comenzó por lo básico: dibujar el punto de partida, anotar lo que sabía, lo que dudaba y lo que quería descubrir. Poco a poco, su libro empezó a llenarse. 📘✨
Con cada avance entendió que:
1) aprender no era correr;
2) equivocarse no era fallar;
3) su camino sería distinto al de cualquier otro animal del bosque. 🌿
Cuando terminó su primera ruta, el zorro se sorprendió:
no solo sabía llegar al destino, sino que ahora entendía cómo aprender por sí mismo.
Desde ese día, cada vez que un animal nuevo se unía al bosque digital, el zorro les decía:
—No temas las páginas en blanco. Significa que el viaje es tuyo. 🦊💡
Moraleja:
La autogestión no se enseña: se descubre escribiendo nuestro propio camino, paso a paso.
Escrita por José Ángel Hernández —Para quienes aprenden construyendo su propio camino.
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